La adquisición de Beats por 3.000 millones de dólares el pasado año ya auguraba que Apple estaba pensando en meterse de lleno en el negocio de la música en streaming. En realidad, estaba cantado, y nunca mejor dicho, cual iba a ser su siguiente movimiento.
El consumo de música ya no es lo que era y poco tienen que ver las tendencias actuales con la industria discográfica que conocimos en el siglo XX. Aun recuerdo cuando un DJ o dueño de un pub tenían que ir a la tienda de discos de vinilo (y posteriormente CD’s) para adquirir música. También existía la figura del distribuidor musical, aquel que alegraba la noche de los DJ’s cuando aparecía por la puerta del local de turno con sus maletones llenos de discos recién salidos del mercado. Por aquel entonces, los DJ’s tenían exclusividad y el hecho de disponer de un tema puntero antes que los demás era considerado como el mayor de los tesoros.
Todo eso ha quedado muy atrás y gracias al auge de los medios digitales e internet incluso el mp3 está empezando a quedarse obsoleto. Ahora marca la tendencia la música en streaming, que para el que aún no lo sepa, se trata un método de reproducción musical por el cual los temas se cargan y reproducen directamente online, desde un servidor y sin necesidad de que el usuario tenga que descargar un archivo completo.
Ya conocíamos el servicio más utilizado: Spotify; aunque también existían otros menos conocidos como Google Play Music o Deezer, además de otros tantos con menos renombre. A todos ellos, hay que sumar el nuevo servicio en streaming de Apple que salió al mercado el 30 de Junio en más de 100 países. Todos ellos ofrecen un extenso catálogo a cambio de una cuota mensual, o incluso gratis, a cambio de inserción de publicidad entre cada canción.
Sin embargo, todos ellos adolecen de las mismas carencias, incluso una tan importante como es la de la reproducción pública, lo que provoca que sea completamente ilegal en España y en otros países utilizar estos sistemas en pubs, discotecas, bares, locales comerciales o, en definitiva, cualquier lugar público donde suene música. De hecho, actualmente existe una campaña conjunta de las entidades de gestión españolas para localizar este tipo de actos ilícitos, imponiendo multas elevadísimas y llegando a provocar que algunos jueces ordenen el cierre del local, incluso aunque se le esté pagando a la SGAE.
Para este tipo de menesteres, los comercios públicos disponen de nuestro sistema profesional de reproducción en streaming Moski Pro. Accediendo a cualquier de estos servicios, no sólo posees licencia por cada uno de los temas que incluye, si no que además aporta una serie de herramientas que no tienen el resto de servicios, como por ejemplo, un catálogo más específico y diseñado para cada negocio o la posibilidad de mezclar los temas automaticamente, junto a los controles profesionales de DJ que tienen incluidos.
En definitiva, si posees un bar, pub, local comercial o cualquier otro negocio que necesite reproducir música públicamente y quieres unirte a la moda del streaming y su comodidad, lo mejor es que directamente cuentes con Zambo, para estar seguro de no tener ningún tipo de problema legal.