Como suele suceder, la medida tiene sus defensores y detractores. Desde los que opinan que la iniciativa esconde un supuesto objetivo con fines recaudatorios sobre el sector hostelero (un sector bastante perjudicado por la crisis económica que sufrimos en España); y otros a favor de la iniciativa, que generalmente defiende las horas de descanso nocturnos y proclaman que se respeten los niveles de ruido en horario nocturno.
La medida se ha iniciado por La Concejalía de Desarrollo Sostenible, que instalará en 2013 en su sede una centralita informatizada que les va a permitir conocer el volumen de la música en discotecas, pubs, y bares de copas en tiempo real. En los presupuestos municipales se ha aprobado una partida de 15.000 € iniciales para poner en funcionamiento dicho dispositivo, que en un principio comenzará a poner a prueba 18 locales con nueva licencia que ya disponen de la tarjeta de transmisión con la que se medirá el nivel de volumen de la música en dichos locales.
La intención es que el telecontrol de volumen de decibelios se amplíe de forma progresiva a otros 562 locales hasta 2015, con lo que se pretende tener el sector de la noche fiscalizado y totalmente controlado.
Como precedentes de dicho control de ruidos, podemos mencionar la Ley de Ruido de Castilla y León que fue aprobada en 2010, y en cuyo artículo 26.3 “Se obliga a los propietarios de los negocios a instalar un limitador de volumen en sus equipos y a realizar las oportunas adaptaciones para el correcto funcionamiento de la transmisión telemática de estos aparatos, de forma que los técnicos de la Administración puedan acceder al limitador de forma remota y visualizar en tiempo real los niveles sonoros existentes en el local y las posibles incidencias”.
En Valladolid tendrán acceso a la centralita informática y los datos sobre ruido en los locales nocturnos los técnicos de Desarrollo Sostenible, los funcionarios de Urbanismo, así como la Policía Local, que monitorizarán las pantallas para comprobar las emisiones sonoras de los negocios.
Según informan desde el departamento que gestiona el sistema, en la actualidad los limitadores, en su proceso de instalación, se están calibrando de forma que el sonido del local, en el desarrollo habitual de su actividad, no sea capaz de producir niveles de ruido que superen el valor límite nocturno de 25 decibelios entre las 23 de la noche y las 8 de la mañana.
Dependiendo del tipo de licencia de cada local o negocio, el volumen y las condiciones de insonorización y aislamiento pueden variar. Aunque se establece un límite de 90 decibelios como máximo en el caso de discotecas.
El limitador funcionará de forma continuada, emitiendo y almacenando los datos obtenidos en una memoria interna. El equipo receptor transmite de forma automática los datos cuando el local está superando los límites establecidos. Una vez que se calibran los limitadores, serán precintados por el Servicio de Medio Ambiente, para impedir posibles manipulaciones o trucajes.
A partir de la puesta en vigor de la medida de telecontrol de volumen, los hosteleros y dueños de locales y negocios dedicados al ocio nocturno se ven obligados a invertir entre los 2.000 y los 3.000€ en la instalación del dispositivo que transmite los datos sobre volumen de la música y ruido. Y el ayuntamiento vallisoletano resalta que el cumplimiento de la normativa será generalizado, y con el objetivo de colaborar con el sector hostelero para conciliar el derecho a ejercitar su actividad comercial con el derecho al legítimo descanso de los vecinos de los establecimientos.
Aunque en opinión de muchos, la medida supone otro duro golpe a los momentos de crisis por los que atraviesa el sector, para además tener que realizar de forma obligatoria la inversión económica para la instalación del telecontrol del volumen.
Los datos de 2012 referente al tema de ruidos, es que se han incoado 108 expedientes a requerimiento de terceros, lo que supone un 23% más que el año 2011. Del total de expedientes, 58 locales se han cerrado con medidas correctoras. Se interpusieron 26 multas por falta leve (9 en 2011) y 14 graves o muy graves frente a las seis de 2011.
Desde octubre de 2012 el Ayuntamiento de Valladolid ha sido muy estricto con los locales nocturnos que se han pasado de decibelios o han intentado trucar los datos. La primera sanción económica de 12.000 € recayó en ese mismo mes a un empresario de la noche en Poniente por haber trucado el limitador. Y en noviembre, otros 3 locales fueron sancionados con multas de 12.000€ por superar el límite de volumen en 10 decibelios y haber manipulado el limitador de volumen.