Muchas veces nos hemos encontrado con personas que tienen en mente poner música en su establecimiento, pero no tienen demasiado claro qué es lo que buscan, ni siquiera si realmente la necesitan. ¿Aporta algo? ¿Qué tiene que ver con mi negocio? ¿Es realmente imprescindible?
A la hora de invertir en mejoras para nuestros proyectos cada euro importa, especialmente en tiempos de crisis, y precisamente por eso hemos pensado en hablar del valor de la música: la gran contribución a tu local. Porque existe. Vamos a ponernos en varias situaciones posibles, que permitirán ilustrar mejor la diferencia, y para ello imaginemos varios tipos de locales.
Entras e inmediatamente te envuelve una sensación de vacío. Todos conocemos la desagradable sensación que transmite un negocio sin ambiente, y la música tiene muchísimo que ver con eso. Impensable en los tiempos en los que estamos, así que no tiene sentido profundizar más en el tema.
Si no ofreces música en tu local, sea un bar o sea una sala de espera, el cliente se sentirá frío y menos acogido. Y no, la radio no es una solución al problema, pues transmite la idea de despreocupación, de poner a sonar lo que sea que ese día programen. Demasiada dejadez para un negocio serio, ¿no?
El local va cobrando más ambiente, pero muchas veces estas listas de reproducción son colaborativas, cambian bajo el criterio de mucha gente y eso hace que la personalidad de nuestro establecimiento se diluya; si algo no nos gusta no tenemos poder de decisión y, al final, esa música será poco representativa de nuestra identidad.
A poco que un cliente se convierta en habitual se dará cuenta de que la monotonía reina en la selección musical del local, y esto es algo muy malo para los negocios. Además, apostando por esta opción corremos el riesgo de ser clones de otros espacios que usan nuestra música, ¿dónde queda nuestra personalidad? ¿Dónde está la profesionalidad en algo así? Y lo que es peor, ¿qué pasa si nos pillan poniendo Spotify sin licencia? Demasiado lío para un resultado regular.
Además, la palabra delito tiene cabida. Si te arriesgas a poner música sin tener los derechos de la misma, te expones a penas de cárcel (como podrás comprobar en este enlace o en este otro, donde se habla de las sanciones cada vez más frecuentes). Es algo serio y que, simplemente, no vale la pena.
Sí, nosotros ofrecemos esta opción, pero es por una buena razón: el cliente lo prefiere. Es entrar al establecimiento y notar que la música no es simplemente música, sino que ha sido pensada para el tipo de espacio en el que se encuentra. Música con carácter, con coherencia, elegida por especialistas que miman cada lista para asegurarse de generar el mejor ambiente para el cliente. Puedes ir todos los días al local, solo para descubrir que hoy también se han preocupado de seleccionar una buena banda sonora para tus momentos de ocio.
Un detalle profesional y de calidad que hace feliz al cliente. Y todos sabemos que el mejor cliente es el que se siente feliz. Pero también una decisión meditada, una apuesta por nuestro negocio con todas las de la ley, con licencia que nos ampara legalmente y la confianza de una atención personalizada que grandes multinacionales de la música, simplemente, no pueden ofrecer.
Está claro que una decisión acertada en el tema de la música será la que nos ayude a diferenciarnos de nuestra competencia y destacar, algo muy necesario hoy en día, cuando todo el mundo tiene al alcance de su mano crearse una cuenta en el servicio de streaming de turno, sea Spotify o cualquier otra alternativa al uso.
El valor añadido de la música en tu local no es solo la calidad, sino también lo que dice del establecimiento: preocupación por el cliente, por la personalidad de tu negocio, por asegurarte de no ser uno más del montón y, sobre todo, por elegir recorrer la milla extra por tu cliente cuando podrías haberte conformado con menos.