En las últimas décadas, muchos han sido los estudios que hablan de las grandes ventajas de escuchar música, sea cual sea tu negocio. Dependiendo del sector al que te dediques, puede ser una muy buena idea apostar por la música ambiental sin derechos de autor.
Y como uno de nuestros objetivos es hacerte la vida un poco más fácil, vamos a recopilar en este post todo lo que necesitas para poder hacerlo. Te aseguramos que es más fácil de lo que piensas vivir sin miedo a las multas de la SGAE.
La música ambiental o «música ambient» es un género nacido en la década de los 70 en Reino Unido, en el que el tono y la atmósfera prevalecen por encima de la estructura musical o del ritmo.
Una de sus características más destacables es la capacidad que tiene de evocar una cualidad atmosférica, visual o discreta, pues se basa especialmente en sonidos de tipo atmosférico y/o en aquellos que están presentes en la naturaleza. El sonido del viento, la lluvia, las olas, una tormenta, el movimiento de las hojas en las copas de los árboles,…
Uno de sus pioneros es el conocido Brian Eno, quien aseguraba que «la música ambiental debe dar cabida a muchos niveles de atención de escucha sin imponer uno en particular, debe ser tan ignorable como interesante». Es decir, que probablemente hayamos escuchado más música ambiental de la que podamos ser conscientes.
Las composiciones ambient suelen usarse en muchos locales y comercios. Se caracterizan por ser bastante más largas que las de géneros comerciales. No es nada raro encontrar piezas cuya duración sea superior a los 30 o incluso a los 60 minutos.
El hecho de usar música ambiental sin derechos de autor significa que la pieza musical en cuestión está libre del conjunto de normas jurídicas que protegen los derechos morales y patrimoniales de los autores. Por tanto, podrá usarse libremente sin temor a sufrir sanciones legales.
Una melodía puede provocar efectos positivos o negativos en la salud de quienes la escuchen según el nivel de agrado que sientan. Si elegimos un hilo musical adecuado, lograremos diversos efectos positivos como:
Además, estas ventajas suelen repercutir en un beneficio económico. La razón es sencilla. Si la música ambiental sin derechos de autor incide en la conducta del consumidor, elegir la adecuada alargará la permanencia en el establecimiento. Este factor influye en el incremento de la cantidad de artículos o servicios adquiridos.
Por otro lado, al usarla de ambiente en negocios cuya actividad no esté relacionada con la música, ameniza la visita del cliente y se reducen los costes de la empresa. Recordemos que la SGAE cobra en base a la superficie en metros cuadrados. Por tanto, es interesante en muchas empresas y cadenas este tipo de música al suponer un ahorro importante.
Si te has decidido a poner música ambiental sin derechos de autor en tu negocio, calma. No tienes por qué angustiarte en el proceso. En OriginalMusic te ayudamos para que tú no tengas de qué preocuparte. Sabemos que tu tiempo es oro. Y seguramente tengas mejores cosas que hacer que emplear horas y horas buscando los temas perfectos.
Para facilitar esta tarea, hemos desarrollado FREEBOX: un servicio de listas musicales libres de derechos, autónomo y fácil de usar. ¡Y sin necesidad de tener una conexión a internet!
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Fuente: Musicándote