A lo largo de la historia han surgido numerosos estudios que tratan de analizar en qué medida la música para ser inteligente es una realidad. Tradicionalmente, la música clásica se ha ganado la reputación de ser el género musical que puede fomentar la inteligencia, y como ejemplo, podemos mencionar uno de los estudios más famosos al respecto, el llamado «Efecto Mozart», que surgió tras realizar un experimento en 1993 del que se encargaron el neurobiólogo Gordon Shaw y la psicóloga Frances Rauscher, en el que obtuvieron en conclusión que la exposición a la música y obras compuestas por Mozart mejoraban la capacidad intelectual de los estudiantes que las escuchaban.
Música para ser inteligente, ¿mito o realidad?
En la actualidad han surgido nuevas investigaciones sobre el efecto de la música en nuestro coeficiente intelectual, que ponen en entredicho el denominado «efecto Mozart», incluso se ha llegado a demostrar que escuchar otros estilos, como el rock tiene efectos positivos para el cerebro. Concretamente, un estudio de la Universidad de Mánchester demostró que al escuchar música rock a un volumen bastante elevado a más de 90 decibelios, produce en el cerebro una estimulación tal, que aumenta la liberación de serotonina, también conocida como la hormonas de la felicidad, lo cual produce un efecto placentero y de optimismo en las personas que lo escuchan.
Por el contrario, los géneros musicales con peor reputación en otro famoso estudio, son el reggeton y el rap. Esa fue la conclusión de la investigación realizada por Virgil Griffith, en su doctorado del Instituto de Tecnología de California (Caltech), la cual obtuvo de los resultados sobre los gustos musicales de estudiantes de diferentes universidades americanas y la nota media que obtuvieron en sus exámenes de acceso a la universidad. Luego comparó ambas variables y los resultados fueron, que los estudiantes con mayor puntuación en los exámenes señalaron que preferían escuchar música clásica, en cambio las puntuaciones mas bajas las obtuvieron aquellos que señalaron el rap y reggeaton como sus preferidos.
Fuera de cualquier debate sobre qué género musical es más propicio para el coeficiente intelectual de las personas, nuestra conclusión es que, evidentemente, la música nos afecta a nivel tanto físico como psicológico. La música estimula la mente, la creatividad y ayuda a sentar las bases para el aprendizaje que conducen a una mayor inteligencia y una mejor aptitud para aprender. Todos los estilos musicales son importantes como herramientas educativas, todo depende del gusto musical de las personas, de hecho, la música provoca que el cerebro realice determinadas tareas con mayor eficiencia. La música nos ayuda a incrementar la madurez personal, la capacidad de pensar con amplitud y profundidad, a ser creativos incluso en las actividades más sencillas, pues es una forma de libertad creativa.
Cualquier persona que escuche su canción favorita a todo volumen en un pub, o que se levante escuchando su lista de reproducción preferida, efectivamente, le producirá una buena sensación, independientemente del estilo musical de que se trate. La música, en general, es fuente de inspiración, es arte, nos mueve y nos transporta a un universo de sensaciones, en definitiva, la música es imprescindible para el ser humano y su desarrollo personal.
